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Diana Gabaldon visita España para promocionar “Cuenta a las abejas que me fui”



El pasado jueves 7 de julio tuvo lugar un encuentro de Diana Gabaldon con las fans de la saga Outlander. Un evento que podemos calificar de histórico, ya que por primera vez era una visita a España de forma profesional. ¡Solo nos ha costado nueve volúmenes de la saga! Y más de veinte años. Pero bien está lo que bien acaba. Así que antes de nada, el agradecimiento a Salamandra por convertir este encuentro en realidad. 

Fue un rotundo éxito. El evento se dividió en dos partes. El primero estaba reservado solo para las 30 primeras personas que compraran el libro y el segundo encuentro era abierto a todas las demás compradoras. A cada persona nos iban dando un número al realizar la compra y en el evento yo llegué a ver hasta el 143, pero creo que había más. De hecho, tal como se puede ver en la foto, la segunda parte fue un lleno total (incluso con gente de pie en la parte de atrás).


Por tanto, muchas de nosotras tuvimos la oportunidad de pasar buena parte de la tarde con Diana Gabaldon, escuchando sus respuestas a las preguntas preparadas para el evento, también pudimos disfrutar de algo de música escocesa, realizarle nuestras propias preguntas y por supuesto, pasar a que nos firmase su último libro de la saga Outlander: “Cuenta a las abejas que me fui”.

Y así fue como transcurrió la tarde. 

* Todas las fotografías y vídeos están hechos por mi.

Evento exclusivo con Diana Gabaldon 

Como decía, el primer encuentro era exclusivo para las 30 primeras personas que habían comprado el libro en el Corte Inglés de Callao, y empezó con Diana hablando un poquito en español - “muchas gracias, mucho gusto en conocerlos, yo hablo un poco español, un poquito mal y despacio, pero sí, sí”.

Tras expresar su felicidad por estar en España, procedió a explicar que su familia por parte de su padre viene de un pueblo llamado Gabaldon, en Galicia. Que mucha gente le preguntaba qué clase de apellido era ese, a lo que ella respondía que un apellido español. También contó la anécdota de su familia estableciéndose en Nuevo Mexico, donde de primeras, todo el mundo era español. Hasta que España vendió el país a los EE.UU y así fue como su familia a lo largo del tiempo pasó de ser española, a ser mexicana a ser americana. “Y sin moverse del sitio”, bromeaba. 

Volvió a recalcar que estaba feliz de estar aquí y conocernos, y fue cuando empezó a hablar del noveno libro de la saga.

Contaba que lo primero que la gente pregunta es cuándo sale el número 10, pero que tarda entre 3 y 4 años, a veces más, en escribir uno de estos libros, porque son muy grandes (cogió el libro y nos lo enseñó, para ilustrar sus palabras) 

Explicó el significado tras el nombre del libro, “Cuenta a las abejas que me fui”, puntualizando antes que está muy contenta de que la editorial española no lo haya cambiado, porque el título de la alemana no tiene sentido, pero que como tiene la palabra abejas, pues ya les ha parecido suficiente. 

Diana Gabaldon en tres momentos diferentes de su encuentro con las fans en España

Bromeó que mucha gente, al leer el título, se pensaba que Jamie había muerto, pero que bueno, puede que alguien haya muerto, que alguien se haya marchado… “El título está basado en una antigua costumbre de los apicultores celtas, en Irlanda, Escocia y puede que incluso en el norte de España. La idea era que las abejas son muy sociales, en el sentido de que trabajan juntas todo el tiempo, se reúnen en colmenas, recolectan la comida juntas… Es muy interesante cómo lidian con todo lo que tiene que ver con la comunidad. Y si eres un cuidador de abejas, tienes que visitarlas, asegurarte de que están bien, tienen comida, no están siendo atacadas por hormigas o lo que sea. Y cuando estás ahí, debes hablarles, contarles lo que le ha pasado a tu comunidad. Si alguien ha nacido, si alguien ha muerto, si se ha casado… Porque si se enteran que ha pasado algo y no se lo has dicho, se van a enfadar contigo, se van a ir y te vas a quedar sin miel. Así que si alguien se va, por cualquier motivo, tienes que decírselo a las abejas”.

A la pregunta de una de las asistentes sobre de dónde saca la inspiración para seguir escribiendo sobre estos personajes, Diana respondió que de los personajes en sí mismos, “la vida que viven, qué es importante para ellos. Cuando Jamie y Claire se conocieron eran muy jóvenes, se enamoraron, todo era pasión, y esa era su historia en ese momento. Luego se hacen mayores y les pasan un montón de cosas. Tienen hijos, por ejemplo, y cuando tienes hijos te pasan muchas cosas, les cuidas lo mejor que puedes. Tu vida cambia y eso no la hace menos interesante”.

Nos contó que cuando escribió Outlander, la gente intentaba saber qué tipo de libro era, sí romance. misterio, ficción histórica, fantasía… Y aclaró que es todas esas cosas. Además, cuando la gente leía el segundo libro, decía, “pero esto no es romántico”, a lo que ella contestaba que no, no estaba pensado que fuera una novela romántica. 

Cuando escribo no sé cuál es el principio ni el final. 

“Un romance es un tipo de historia muy específica. Es cuando dos personas se conocen y se juntan, tienen un final feliz y se acaba. Pero yo he estado contando todo lo que le pasa a esta gente libro a libro. A veces es romántico, a veces es una agonía, pero son las cosas que les pasan”.

Otra de las preguntas fue sobre su manera de escribir, a lo que contestó que no escribe con un plan, ni escribe cronológicamente, las cosas empiezan a pasar en su mente, hace mucha investigación, y a veces lee cosas y dice “ah, Jamie podría haber visto esto” o “Claire podría haber hecho esto”. Empieza a escribir y a medida que lo hace, le surgen preguntas, de manera que la investigación y la escritura se alimentan la una a la otra

“No sé cuál es el principio ni cuál es el final, no funciona así. Sé sobre los fragmentos que he escrito, y si no sé qué es lo que pasa después, me pongo a escribir otra cosa. A veces escribo piezas y piezas y piezas y entonces es como, ‘ah, esta pieza explica por qué pasó esto’ y es cuando las pongo juntas. Es como hacer un Tetris en mi cabeza”.

Ante la pregunta de otra lectora, sobre si el nieto de Claire va a heredar su don para la medicina, Diana respondió “no lo sé”, lo que provocó unas cuantas risas y aplausos. 

El primer momento emotivo de la tarde lo puso una asistente al darle las gracias por sus libros, que la habían ayudado a no caer en una depresión, y a continuación le preguntó si tras su primer libro esperaba llegar a crear todo este mundo que nos ha dado; y sí habrá más lord John. A lo que Diana respondió en español “oh sí, sí, habrá más Lord John”. A la primera pregunta contó cómo el primer libro lo escribió simplemente para practicar y que ni siquiera se lo iba a enseñar a nadie.

Otra lectora contaba que había leído sus libros cinco veces, a lo que Diana respondió con “gracias, gracias, gracias, gracias, gracias”, asegurándose de decirlo una vez por cada una de sus lecturas. Ante la pregunta de si en el libro nueve nos esperan sorpresas como ya pasó en el libro 8, Diana Gabaldon contestó firmemente que sí

Para finalizar el encuentro exclusivo, una de las asistentes preguntó jocosamente y desatando las risas del público si ella podía deshacerse de la coordinadora de intimidad, porque ya no ve pasión en la serie. Diana contestó con una sonrisa que no puede hacer nada al respecto y también nos contó una anécdota entre su marido y Sam Heughan. Como las seguidoras de la serie y de Cait sabemos, Caitriona Balfe llegó a estar bastante embarazada durante el rodaje de la sexta temporada, por lo que el marido de Diana Gabaldon le dijo a Sam Heughan que debía ser difícil fingir “hacer el amor a una mujer que está embarazada y no es tu esposa”. Diana también aclaró que ella puede hacer cosas en los libros que no se pueden hacer en televisión.

Diana Gabaldon firmando ejemplares de "Cuenta a las abejas que me fui", en Madrid

Y antes de pasar a la segunda parte del evento, tal como estaba previsto, firmó los ejemplares de "Cuenta a las abejas que me fui" de las 30 personas asistentes.

Diana Gabaldon entrevistada por Carme Chaparro

Terminado el encuentro exclusivo, y tras un pequeño receso de 5 minutos, Diana volvió a la sala precedida por el gaitero Fernando Mosquera, y esta vez acompañada no solo por la traductora, si no por la presentadora y escritora Carme Chaparro. 


Fernando es un fan de los libros, y tras hacer la introducción musical fue la propia Diana quien solicitó que se hicieran una foto juntos, momento en el que se dispararon todas las cámaras de la sala, para captar el momento.

En este evento abierto a todas aquellas personas que hubieran comprado el libro es donde la sala se llenó, y se procedió de nuevo a una entrevista, esta vez conducida por Chaparro. Como algunas preguntas de las que realizó Carme eran repetidas y las respuestas básicamente las mismas, transcribo solo las que difieren del primer encuentro.  

Hay cosas en los libros que los hombres ven y las mujeres no.

Sobre si le costaba emocionalmente matar a un personaje, Gabaldon respondió que depende, porque estás viviendo todo con ellos, a veces tú misma te sorprendes, a veces lloras. 

Ante la pregunta de qué podría mejorar la vida de las mujeres en la época de los libros, Diana responde que tener acceso a métodos de control de natalidad. 

¿Nos entenderían mejor los hombres al leer la saga? Diana responde que tampoco es que las mujeres entiendan mucho mejor a los hombres. Básicamente, explica, el libro es tanto para ellas como para ellos, a pesar de que la editorial empezó a publicarlo dirigido a un público femenino. Pero hay cosas en los libros que los hombres ven y las mujeres no. 

¿Cómo ha cambiado su vida, sobre todo tras el éxito de la serie de televisión, que ha acercado a muchos lectores a las novelas? Diana dice que ha sido muy bueno para las ventas, porque hay gente que lee todo el tiempo, pero también “hay mucha gente que no sabe que leer es divertido, porque leían en la escuela y eran deberes. Pero una vez que ven la serie y la encuentran interesante y quieren saber más, sin tener que esperar a la serie todo un año, les lleva la desesperación, así que se leen los libros, y se enamoran de ellos”.

Carme, que también es escritora, confiesa que hasta su novela más reciente no se ha atrevido a incluir una escena de sexo porque le daba mucha vergüenza, sobre todo por su madre. Considera a Diana una maestra en escribir sobre sexo, amor y cariño, y le pregunta cómo lo consigue. Diana confiesa que ninguno de sus hijos o hijas lee sus libros, que su hija mayor le dijo una vez que no quería leer nada de sexo escrito por su madre

A la hora de leer un libro, no hay dos personas que lean el mismo. Influyen tu edad, tu historia… 

Sobre cómo consigue que las y los lectores se sumerjan en sus libros, la autora de Outlander explicó que hace mucha investigación en Internet - “algo muy fácil ahora, cuando empecé a escribir el 1988 no había Internet, tenía que ir a las bibliotecas”, - y saca información suficiente para poder hacer que la experiencia de quien lee sea inmersiva, como si estuvieran allí. “Si Claire está preparando hierbas, te dice qué hierbas son, lo que está pensando, cómo huelen, lo que va a hacer con ellas. Es como si estuvieras allí con ella. Es una de las técnicas para hacer un libro inmersivo”.

Sobre las fans de la saga, ¿le ha sorprendido alguna vez alguien que haya hecho alguna interpretación de un personaje o algún hecho diferente a como ella lo había pensado cuando lo escribió?. Diana explica que la gente lleva sus propias experiencias a la hora de leer un libro, no hay dos personas que lean el mismo. Influyen la edad, tu historia… 

Contó que hay gente que a veces le escribe para decirle que hay demasiadas violaciones o abusos en sus libros, a lo que contestaba lo siguiente. 

“Podría preguntar cuánta gente en esta sala ha tenido alguna experiencia similar. Cuando se rodaba la primera temporada de la serie, Ron me dijo que a lo mejor convenía hacer la escena de la violación más ligera. Y le dije que no, que tenía que mantenerla tal cuál y le iba a enseñar por qué. Fui a mi Facebook y pregunté a la gente si ver la escena les causaría ansiedad o les haría sentir mal. ‘No hace falta que publiques tu nombre, me puedes escribir en privado, para hablar con los productores sobre este tema’, les dije. Recibí 200 respuestas en un solo día, de gente diciendo que no, que lo contara tal cual. Que era algo que les hacía sentir validadas, que podían reconocer la verdad que había detrás y que les daba esperanza”, terminó hablando con la voz un poco quebrada y lágrimas en los ojos. Realmente le han debido contar cosas muy conmovedoras en privado. 

Sobre la adaptación televisiva, ¿cómo ha sido su experiencia? Diana responde que es muy diferente a los libros y que es algo que sabía desde el principio. Explica que ciencia y arte son dos caras de la misma moneda, y que se trata de sacar patrones. Ella puede ver patrones. Además, ha visto televisión toda su vida, y ahí el patrón es que cada episodio tenga su propio arco dramático, pero no es así como funciona en los libros. Hay que cambiarlo. Y ha sido fascinante ver cómo han ido haciendo piezas y juntándolas y planificando. “Entiendo cómo funciona”. Y además es consultora de la serie e incluso ha escrito parte de guiones. 

¿Saber eso - que luego lo van a tener que adaptar - le ha influido en cómo escribe los libros ahora? Su respuesta es rotunda, dice que no. 

Para contestar a la pregunta de por qué tanto tiempo de espera para “Cuenta a las abejas que me fui”, Diana le enseña el tocho de libro, ante las risas del público. Carme le pregunta si entonces el siguiente tendrá 1500 páginas, a lo que Diana responde que no, que hay un número máximo de páginas físicamente a las que puede llegar un libro, y es el de “Cuenta a las abejas que me fui”. Pero además añade que al mismo tiempo estaba escribiendo otros cuatro libros más breves. Así que defiende que 5 libros en 7 años no está mal.

Sobre su relación con los actores - una fan de la serie pregunta que porqué no se los ha traído, a lo que Diana responde que están muy ocupados rodando la séptima temporada en Escocia. Diana contó que ha estado en el set de grabación ahora en Glasgow, dice que son muy buena gente, muy amigos y también muy altos, que siempre se queda pequeña cuando se ponen entremedias de ellos. 

¿Ya está pensando en la siguiente novela? Sí, ya ha empezado a trabajar en el libro 10, en un libro sobre los padres de Jamie y también en un libro más de Lord John. Que si no estuviera en el evento, de hecho, estaría escribiendo.  

Mi primer editor me dijo que este libro (Outlander) iba a ser muy de boca a oreja, lo que ha sido verdad.

¿Cuándo encuentra tiempo para ella? Diana responde que tiene dos perros, los ve jugar, los saca a dar paseos, cocina al tiempo que lee un libro… “Siempre hay tiempo, siempre se debe encontrar tiempo para una misma”. 

¿Qué le ha supuesto el fenómeno Outlander desde el punto de vista personal, el dejar de ser anónima? Cuando conoció a Sam y Caitriona les dijo que ella nunca había tenido malas experiencias con las fans, probablemente porque la gente más “loca” no tiene la capacidad de atención suficiente para ponerse a leer libros tan gordos. Pero que no pasa lo mismo con la gente que ve televisión. Y efectivamente, cuenta que Sam ha tenido algunos problemas con fans que probablemente lo hacían con buena intención, pero que han cruzado algunas líneas. Como intentar entrar a su casa por la ventana, algo que a ninguna de sus lectoras se le ocurriría hacer, ir hasta su casa (de Diana) e intentar entrar por la ventana. Que para ella siempre es un placer conocer a gente como la que estaba en ese encuentro. Lo que le valió los aplausos de los asistentes. 

Diana contó también la historia de un anillo que su marido le regaló hace años, y cómo cuando “Cuenta a las abejas que me fui” salió a la venta, tuvo que hacer de su puño y letra más de 70.000 firmas entre libros y cubiertas (para ediciones extranjeras) y ni siquiera era capaz de sacarse el anillo, - por lo hinchados que tenía los dedos. Cuando lo consiguió, su marido tuvo que agrandarlo. 

Aunque al final de este encuentro no había planeado hacer preguntas, Carme nos dio la oportunidad de hacer un par de ellas. Una de ellas fue si Jamie y Claire tendrían un final feliz y si sería en Escocia o en las colonias americanas. Diana se salió por la tangente diciendo que habrá que esperar a ver, que no lo ha escrito todavía. 

Momento en el que Diana Gabaldon respondía a mi pregunta.

Yo pude colar una última pregunta, en la que quise saber, - ya que su libro fue enfocado desde el principio a mujeres cuando realmente no era solo para público femenino, - si tuviera la oportunidad de volver atrás en el tiempo, ¿intentaría cambiar esto? ¿Cree que de alguna manera pudo influir a las ventas del libro y al público al que llegó antes de que saliera la serie?

“De alguna manera sí, porque la ficción para mujeres no es respetada, si una mujer lo está leyendo, ya no es un libro serio. La cosa es que a mi agente le costó más de un año decidir dónde iba a clasificar Outlander, ya que podría ser en cualquier género. Y las librerías tienen etiquetas en las estanterías, y solo puedes poner el libro en un sitio. Así que finalmente me llamó y me dijo que ya sabían qué hacer con mi libro, que lo iban a poner como romance. Y le dije que a mi me gustan los romances, yo leo novela romántica, pero que eso no era mi libro. Si lo pones como romántico, nos quitamos a la mitad de la gente. Los hombres no lo van a leer. Dijo que lo entendía y que podía insistir que lo pusieran en fantasía o ciencia ficción, pero que tuviera en mente que la gente que lee fantasía y ciencia ficción son unas 50.000 copias vendidas. Mientras que la gente que lee romántica son unas 500.000. Le dije que tenía toda la razón y que lo pusieran como romántica”, - aquí hubo risas del público -. “Porque mi primer editor me dijo que este libro iba a ser muy de boca a oreja, lo que ha sido verdad. Así que pensé, si ese es el caso, tiene mucho más sentido que haya 500.000 personas hablando del libro a sus amigos, porque cualquiera que lo lea se da cuenta que no es novela romántica”. Y señala que de hecho hay hombres en la sala, así que la estrategia funciona. 

Terminado por tanto el turno de preguntas, llegó el momento de pasar a la segunda firma de libros, de la que os dejo un breve momento en vídeo. Por lo que tras un buen rato todas y todos salimos tan felices con nuestro libro firmado bajo el brazo. 

Una tarde, sin duda, inolvidable.



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